Sin distingo del motivo, viajar demanda planificación. Son múltiples los aspectos a considerar a evaluar, sin embargo, sólo algunos valoran en realidad la necesidad de contratar un seguro de viajes, factor que en ocasiones, es decisivo en el disfrute de la experiencia.
A nivel personal, es común la frase “¿por qué gastar en una póliza de viajes estando saludables?”, cuando la realidad demuestra que contar con un servicio de asistencia puede salvar ante cualquier apuro. Desde la perspectiva de las pertenecías materiales, la gran mayoría se conforma con maletas antirrobo e invertir en mochilas para portátil para llevar este y otros objetos de valor.
¿Por qué contratar un seguro de viajes?
Además de brindar tranquilidad, contratar un seguro de viaje es un requisito indispensable para el ingreso a muchos países, siendo su ausencia, argumento válido de las autoridades migratorias para privar la entrada y deportar al país de origen.
Si bien contar con el respaldo de la póliza de una aseguradora no evitará enfermarse, de presentarse alguna, quedarán cubiertos los gastos médicos, servicio que rara vez es económico o accesible.
Al menos el 70% de las asistencias demandadas por los usuarios de un seguro provienen de siniestros, de las cuales alrededor del 55% son consecuencia de accidentes automovilísticos y caídas. La contratación del servicio implica garantía de asistencia en caso de emergencias, recibiendo atención de forma rápida y sin necesidad de superar demasiados protocolos.
El respaldo de una póliza no tiene punto de comparación
Pese a que cada vez más persona están en la búsqueda de más mochilas, en lugar de maletas grandes para cargar sus pertenencias, en viajes largos no es una opción. Un seguro de viajes supone respaldo ante la pérdida o extravío de equipaje indemnizado por el valor de los objetos perdidos.
En el supuesto de necesitar interrumpir o cancelar el viaje, los gastos corren por parte de la aseguradora siempre que la situación obligue a la devolución del asegurado a su país de origen, significando una importante herramienta de ahorro que justifica el gasto inicial de la contratación.
Los gastos de hospedaje y alimentación quedan suplidos frente a retrasos, cancelaciones de vuelos o pérdida de conexiones, cuantía que pocas veces es incluido en el presupuesto inicial del viaje y que pueden comprometer el resto de la experiencia.
En el peor de los escenarios, la repatriación al país de origen queda garantizada con la contratación de un seguro de viaje de suscitarse el fallecimiento del asegurado, cubriendo gastos y ofreciendo respuesta inmediata.